lunes, 5 de julio de 2010

La noche extraña

Escarbarnos la nariz para sacarnos un moco,
Rascarnos en la cama fría la intersección entre el dedo gordo y el que le sigue (perdón, nunca supe como se llama)
Mirar una mala película en el mejor de los casos, cuando no miramos la tv.
Acomodar los imanes de la heladera.
Quitarle a machetazos las pelusas a la vieja aspiradora en esos arrebatos de limpieza y añoranza.
Mirar pornografía, esa misma película con minas diferentes y diferentes pijas.
Intentar exiliar de los cajones los boletos que nunca llegan al tacho (glosario tacho: dicese del elemento en el cual uno se desprende de la basura y que, por alguna extraña razón, siempre se halla lejos)
Discutir con tu chica, que está a mil kilómetros de distancia escapando con otro, pero solo y en tu cama.
Leer las cartas de las ex novias, de las ex tías, de los ex compañeros de la escuela, cuando soñabas con escribir poemas y no formularios de seguros de vida.
Quedarte con una birra en la mano mirando la foto de tu primera novia.
Esforzarse para hacerse una puñeta.
Tratar de recordar de que color era ese juguete que tenías de chico, cuando aun sentís la sensación que te generaba en las manos, los momentos de dicha asimilado, que tu primo te lo envidiara.
Poner el despertador y luego la alarma del celular, por las dudas.
Leer los mensajes de promociones
Escuchar una radio que no te interesa en el medio del campo.
Traicionar a la milanesa con fritas por el salmón rosado cuado salís a cenar afuera.
Cuantas cosas en las que perdemos el tiempo, pensaba, mientras a Pablo, a Miche y a mí, nos tragaba una nube blanca que pasaba bajo en aquella terraza, en el preciso instante en que una bombita de antena la teñía cinematográficamente de rojo.

1 comentario:

  1. Amigo del alma! Qué lindo que es perder el tiempo navegando por tu creatividad. Por favor, cuando me veas apurada retame seriamente por olvidarme de perder el tiempo... Gracias por escribir!

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